«Ser diagnosticado hoy con Parkinson es muy diferente a lo que sucedía hace 50, incluso 10 años atrás. Si bien algunas terapias como la Estimulación Cerebral Profunda (ECP) existen desde 1987, las características de los dispositivos actuales eran impensadas», indicó a Télam el neurocirujano Fabián Piedimonte, de la Fundación Cenit,
Un «marcapasos» que se coloca en el cerebro y mejora los movimientos involuntarios, fármacos más efectivos, terapias alternativas y cientos de investigaciones que buscan mejorar la calidad de vida y encontrar una cura es el escenario que encuentran hoy quienes padecen Mal de Parkinson, describieron especialistas en las vísperas del Día Mundial de esa enfermedad, que en la Argentina afecta a más de 90000 personas.
«Ser diagnosticado hoy con Parkinson es muy diferente a lo que sucedía hace 50, incluso 10 años atrás. Si bien algunas terapias como la Estimulación Cerebral Profunda (ECP) existen desde 1987, las características de los dispositivos actuales eran impensadas», indicó a Télam el neurocirujano Fabián Piedimonte, de la Fundación Cenit, a 200 años del descubrimiento de la enfermedad. El especialista explicó que la ECP es una cirugía en la que se introduce una especie de «marcapasos» (electrodos) en el cerebro para regular su actividad: «Cuando comenzamos a realizar ese tratamiento, los electrodos tenían un sólo punto de estimulación y lo único que podíamos hacer era ‘prenderlos o apagarlos’. Hoy los electrodos tienen cuatro puntos de contacto y las combinaciones que se pueden hacer son infinitas porque podemos activar uno, dos, los cuatro, cambiar la polaridad, el voltaje, etcétera», detalló.
Según las estadísticas que manejan los especialistas, en la Argentina hay alrededor de 30.000 pacientes con Parkinson que no responden adecuadamente al tratamiento farmacológico y podrían beneficiarse con los resultados de esa cirugía, que se realiza desde hace más de una década en el país tanto en el sector público como en el privado de varias provincias.
«Existen estrictos criterios para la inclusión de un paciente en ese tipo de tratamiento: el primero es que debe tener una mejoría al menos del 30 por ciento de sus síntomas al recibir la medicación. Lo que le sucede a estos pacientes es que tienen un control del síntoma cuando son medicados pero sólo 25 ó 30 minutos, entonces el objetivo de la cirugía es que ese efecto se prolongue en el tiempo», sostuvo Piedimonte.
Ser diagnosticado hoy con Parkinson es muy diferente a lo que sucedía hace 50, incluso 10 años atrás ”.