La aviación siria sobrevolaba este sábado la localidad de Hassaké, mayoritariamente controlada por los kurdos, pese a la advertencia de Estados Unidos contra nuevos bombardeos que puedan poner en peligro a sus fuerzas especiales desplegadas en tierra.
Turquía, que teme la emergencia de las fuerzas kurdas en su frontera, se felicitó por los bombardeos sirios del jueves y viernes contra los kurdos de Hassaké, y dijo que Damasco constata que éstos se han convertido «también en una amenaza para Siria».
Esta semana se abrió un nuevo episodio en esta guerra –que dura ya cinco años– con el bombardeo por primera vez de aviones del régimen contra posiciones kurdas en Hassaké.
Estos bombardeos provocaron –también por primera vez– una intervención directa de los aviones de la coalición dirigida por Estados Unidos para «proteger» a sus fuerzas especiales que asesoran a los combatientes kurdos. Sin embargo no hubo enfrentamientos directos entre ambas partes.
Se ignora si los aviones del régimen, que efectuaron nuevos vuelos durante toda la noche del viernes al sábado, realizaron bombardeos, pero sí se produjeron violentos enfrentamientos en tierra, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Los kurdos de Siria (15% de la población) autoproclamaron en marzo una «región federal», con la aspiración de unir en un solo territorio las regiones que controlan en el norte de Siria. Los combatientes kurdos se han convertido, sobre todo para Washington, en la fuerza más eficaz para combatir a los yihadistas del Estado Islámico (EI).
A imagen de lo que ocurre en todo el país, la ciudad de Hassaké está dividida: dos terceras partes están en manos de los kurdos y el resto es controlado por el régimen de Damasco.
Violentos combates habían estallado el miércoles entre la principal milicia progubernamental y las fuerzas kurdas apoyadas por Estados Unidos. AFP